es un compromiso donde Dios ocupa el lugar central entre hombres y mujeres. Se recomienda que se celebre sólo entre personas que participan en la misma fe. La estructura de tal relación está compuesta por:

1. El amor mutuo, El honor,

2. El respeto y

3. La responsabilidad son símbolos de reflexión:

       A) Del amor,

       B) La Santidad,

       C) La Intimidad y

       D) La sostenibilidad de la relación que existe entre Cristo y su Iglesia.

En contraste, el adulterio, Jesús enseñó, se comete cuando la persona es divorciada, a menos que sea causada por relaciones sexuales ilícitas, y se casa con otra persona. No importa que algunas relaciones familiares no sean las ideales; cuando los cónyuges se dedican plenamente el uno al otro pueden, en Cristo, alcanzar una unidad amorosa gracias a la dirección del Espíritu Santo, gracias también a la instrucción pastoral de la iglesia. Dios bendice a la familia y quiere que sus miembros se ayuden mutuamente a alcanzar la plena madurez matrimonial. Dentro del matrimonio, los padres Deben:

1. Educar a sus hijos a amar y obedecer al Señor; y

2. Por lo tanto, a ellos.

3. Respételos como hermanos y hermanas,

4. Deben enseñarles a través del precepto y el ejemplo:

       A) Que Cristo disciplina amorosamente

       B) Que es siempre amable,

       C) Que cuida de Sus criaturas, y

       D) Que Él quiere que se conviertan en miembros de Su cuerpo, la Iglesia, que es la familia de Dios.

Como iglesia, creemos que, cualquier forma de homosexualidad, lesbianismo, bisexualidad, bestialidad, incesto, fornicación, adulterio y pornografía son distorsiones pecaminosas del don del sexo dado por Dios. Una intimidad familiar creciente, según lo que está escrito en Lucas 1:16 y 17, es uno de los rasgos característicos del último mensaje del evangelio: "Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un preparado para el Señor." (Véase: Génesis 2: 18- 25, Mateo 19: 3-9, Romanos 7: 2, Jn 2: 1-11, 2 Corintios 6:14, Efesios 5: 21-33, Mateo 5:31, 32, Mc 10 : 11, 12, Lucas 16:18, 1 Corintios 7: 10, 11, Ex. 20:12, Ef 6: 1-4, Deuteronomio 6: 5-9, Prov. 22: 6, Mal. 4: 5,6).