Sirviendo al prójimo como a sí mismo

Our Beliefs

Nuestras

Creencias

Como cristianos de la Iglesia Hispana del Séptimo Día Sandy Springs, un pueblo elegido por Dios en esta "Hora Undécima" (Mateo 20: 9) de la historia de esta tierra, para "proclamar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz maravillosa" (1 Pedro 2: 9), creemos que la Biblia es el único estándar de fe y conducta cristiana. El Antiguo y el Nuevo Testamento, infalibles como fueron originalmente pronunciados, fueron inspirados por Dios y son una completa revelación de Su voluntad para la salvación de hombres y mujeres. La misma, constituye la regla divina y única de la práctica cristiana, la Palabra escrita de Dios, transmitida por inspiración divina a través de hombres santos de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Dios fue el que inspiró a los profetas a llevar por su significado Su Palabra. Y por consiguiente, como propiedad de Jesucristo, aceptamos que podemos obedecer los Mandamientos de Dios y Su Palabra perfectamente, con Su ayuda. (Ver 2 Pedro 1:20; 2 Timoteo 3:15-16; Hebreos 4:12; 11: 1; Salmos 119:105; Prov. 30: 5, 6; Isaías 8:20; 1 Tesalonicenses 2:13 y Juan17:17).

La Biblia, nuestro único estándar de fe y conducta cristiana

En la

Creemos en

Dios como tres personas co-eternas, la Trinidad:

Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es la unidad de tres personas coeternas. (Lucas 3: 21-22, Mateo 28:19, 2 Corintios 13:14). Por lo tanto, hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, la unidad de las tres personas coeternas. Como dice Pablo en Hebreos 9:14: "¿Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará vuestras conciencias de obras muertas para servir al Dios viviente?"

Se puede ver la participación de cada uno de los miembros de la Trinidad en muchas circunstancias bíblicas desde Génesis y hasta el Libro de Apocalipsis. En primer lugar, la Trinidad aparece en la creación del mundo: Génesis 1: 1-3; Deuteronomio 32: 6; Juan 1: 1-3, 14; Colosenses 1: 6. Además, Jesús habla del Espíritu Santo: Mateo 12:32. La Trinidad también aparece en el bautismo y la unción de Cristo: Mateo 4: 17; Lucas 3: 21-22; 2 Pedro 1:17. Al testificar: 1 Juan 5: 7. En la entrega de los dones espirituales: 1 Corintios 12: 4, 7-10. Etc. Es cierto que el Antiguo Testamento no explica ni enseña que Dios es trino, pero también es cierto que se refiere a una pluralidad dentro de la Deidad. Es por eso que en ciertos lugares Dios usa plurales, tales como: "Hagamos al hombre a nuestra imagen" (Génesis 1:26); "He aquí que el hombre es como uno de nosotros" (Génesis 3:22); Por ejemplo, es revelador que el Evangelio del discípulo Juan revela que la Deidad consiste en la unidad de tres personas coeternas, unidas por una relación muy especial: Dios el Padre (Juan 3), Dios el Hijo (capítulo 4) y Dios el Espíritu Santo (capítulo 5).

creemos en

Dios el Padre

Dios Padre es Inmortal, Omnipotente, Omnisciente y sobre todo. Él es infinito y más allá de la comprensión humana, aunque Él es conocido por Su revelación de Sí mismo en la persona del Hijo. Dios el Padre eterno es el Creador,

Originador, Sustentador y Soberano de toda la creación. Él es eternamente digno de alabanza, adoración y servicio para toda Su creación. (Ver: Génesis 1: 1; Deuteronomio 6: 4; Deuteronomio 29:29; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14;

Efesios 4: 4-6; 1 Pedro 1: 2; 1 Timoteo 1:17; Apocalipsis 4:11; 14: 6 y 7; 1 Corintios 15:28; Juan 3:16; 1 Juan 4: 8; 1 Tim. 1:17; Éxodo 34: 6, 7; Juan 14: 9).

En la

creemos en

En la

Creemos en

creemos en

Dios el Hijo

Dios Hijo, eterno, Creador de los mundos, en quien se manifestó la plenitud de la Deidad, se convirtió en el Niño impotente en la cuna. El estaba encarnado en Jesucristo. Que a través de Él y para Él, creó todas las cosas; en su venida, reveló el carácter de Dios, esa unidad; siempre ha estado a la vanguardia de la salvación de la humanidad y el Padre le dio todo el juicio del mundo. Voluntariamente, Jesús sufrió y murió en la cruz por nuestros pecados en lugar

de cada uno nacido en esta tierra, resucitó de los muertos al tercer día y ascendió; "pero con su propia sangre entró en el Lugar Santísimo" (Hebreos 9: 12) para ministrar en el santuario celestial en favor de nosotros. Regresará por segunda vez en gloria, para liberar a "aquellos que esperan en Él" y "restitución de todas las cosas que Dios ha hablado por la boca de todos sus santos profetas desde que comenzó el mundo" (Hechos 3:21). (Véase Juan 1: 1-3, 14; Col. 1: 15-19; Juan 10:30; 14: 9; Romanos 6:23; 2 Corintios 5: 17-19; Juan 5:22; Lucas 1:35; 1 Corintios 15: 3, 4; He 8: 1, 2; Juan 14: 1-3; Ef 3: 9; Hebreos 1: 2; 2:9-18; 4:15; 7:25; 8:1 y 2; 9:28; I Ped. 2:21; 1 Juan 5:20; Apocalipsis 22:20.

Dios el Hijo

Dios Hijo, eterno, Creador de los mundos, en quien se manifestó la plenitud de la Deidad, se convirtió en el Niño

impotente en la cuna. Él estaba encarnado en Jesucristo. Que a través de Él y para Él, ha creado todas las cosas. En Su venida, reveló el carácter de Dios; siempre ha estado a la vanguardia de la salvación de la humanidad y el Padre le dio

todo el juicio del mundo. Voluntariamente, Jesús sufrió y murió en la cruz por nuestros pecados en lugar de cada uno nacido en esta tierra, resucitó de entre los muertos al tercer día y ascendió y " entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo" (Hebreos 9:12) para ministrar en el santuario celestial en favor nuestro. Regresará por segunda vez, pero en gloria, para liberar a "aquellos que esperan en Él" y para "restitución de todas las cosas que Dios ha hablado por la boca de todos sus santos profetas desde que comenzó el mundo" (Hechos 3: 21). (Véase Juan 1: 1-3, 14; Col. 1: 15-19; Juan 10:30; 14: 9; Romanos 6:23; 2 Corintios 5: 17-19; Juan 5:22; Lucas 1:35; 1 Corintios 15: 3, 4; He 8: 1, 2; Juan 14: 1-3; Ef 3: 9; Heb. 1: 2).

Creemos en

Dios el Espíritu Santo

Dios Espíritu Santo, el eterno, participó activamente con el Padre y el Hijo en la creación, en la encarnación y en la redención. Inspirar a los autores de las Escrituras, dar poder a la vida de Cristo, atraer y convencer a los seres humanos, y renovar a aquellos que responden y los transforma a la imagen de Dios. Esto es obra del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo da dones espirituales a la iglesia. (Ver Génesis 1: 1, 2; Lucas 1:35, 4:18; Mateo 12:32; 4: 17; Lucas 3: 21-22; Juan 5: 7; 1 Corintios 12: 4, 7-10; Hechos 10:38; 2 Pedro 1:21; 2 Corintios 3:18; Efesios 4:11, 12; Hechos 1: 8; Juan 14: 16-18, 26; 15:26, 27; 16:7- 13; Romanos 1:1-4).

En la

creemos en

Comunicación o hablar con Dios

Los miembros de la iglesia del Séptimo Día son observadores del séptimo día; de ahí nuestro nombre. Y creemos que la mejor forma de comunicación con Dios es a través de la oración, el estudio de la Palabra de Dios, la Biblia; esto, para testificar por y para testimonio. También, con la asistencia a los servicios de la iglesia tenemos comunicación con Dios. así como asistiendo a los hogares y grupos de la iglesia, donde uno ora, Dios es adorado y hay estudio de la Palabra. La oración consiste en "derramar su alma ante el Señor" (1 Samuel 1:15). La oración es el acto de abrir nuestros corazones a Dios como cuando lo hacemos a un amigo. tres veces al día en busca de Su presencia, comenzando cada mañana, el estudio de la Palabra de Dios, la Biblia, es recomendable para escuchar la dirección divina y Su instrucción; escuchar Su voz sobre una base diaria. Como hizo el profeta Daniel, debemos orar al menos tres veces al día en busca de Su presencia; comenzando cada mañana. De tal comunion y/o comunicación, podremos salir y contar: "las grandes cosas que el Señor ha hecho por ti" (Marcos 5:19) y para mí. Los testimonios son el resultado natural de esta comunión; y como un hábito en la vida de cada creyente. Este tema es muy importante, por lo que creeemos, hacemos y enseñamos lo antes mencionado. Todo el tiempo, Dios se comunicará con nosotros, Sus siervos; Él dice: "Oíd ahora mis palabras: Si hay un profeta entre vosotros, yo el Señor me daré a conocer en visión, y le hablaré en sueños" (Números 12: 6). (Ver: Génesis 1:28; 17:22, 35:11; Éxodo 31:18, 34:35; Números 7:89; 1 Reyes 3: 5; Jueces 6:12; Ezequiel 44: 5).

La Creación y el Creador

Dios es el Creador de todas las cosas y Él reveló en las Escrituras la historia auténtica de Su actividad creadora. El Señor hizo en seis días literales "los cielos y la tierra", y todos los seres vivientes que lo habitan, y descansó en el séptimo día de la primera semana. (Véase Gén. 1, 2, Ex. 20: 8-11, Salmo 19: 1-6, 33: 6, 9, 104 y Hebreos 11: 3). Así pues, el sábado es el memorial de la creación. Para que podamos tener un recordatorio semanal del hecho de que

somos criaturas de Sus manos, Dios estableció el Sábado del Séptimo Día para ese propósito. El sábado dio lugar a un don de gracia, que expresa lo que Dios hizo, no lo que hemos hecho. El Creador especialmente, bendijo este día, descansó en él junto a la pareja y lo santificó, para que nunca olvidemos que la vida también incluye, además del trabajo.

Comunión con el Creador
Descanso y
El disfrute y la celebración de las obras maravillosas de la creación de Dios (Génesis 2: 2, 3).

Con el fin de enfatizar la importancia de este día, el Creador ató en el centro de Su ley moral, diciendo: "Acuérdate", de este sagrado monumento de Su poder creador, como una señal eterna, un símbolo de la creación. Sobre la Naturaleza del hombre y de la mujer Según el registro bíblico, Dios hizo al hombre ya la mujer a su imagen con su propia individualidad y con libre albedrío; es decir, con la capacidad y la libertad de pensar y actuar. Apesar de ser creados como seres libres, cada uno constituye una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, dependiente de Dios:

Por vida
Aliento y
Todo lo demás

Nuestros primeros padres, al desobedecer a Dios, negaron su dependencia de Él y cayeron de una posición elevada a la de esclavos de Satanás y del pecado; desapareciendo de ellos la imagen divina; estando entonces sujetos a la muerte. Nosotros, como sus descendientes, pasamos a participar de esta naturaleza caída. Ahora, nacemos con debilidades y tendencias hacia el mal. Pero Dios, en Cristo, ha "reconciliado al mundo consigo mismo" y con su Espíritu Santo, restauró en los mortales penitentes la imagen de su Creador. Creados, de nuevo, para la gloria de Dios, son llamados:

A amarlo,
A amarse el uno al otro, y
A cuidar el ambiente que nos rodea. (Ver: Génesis 1: 26-28; 2:7; Salmos 8:4-8, Hechos 17: 24-28, Génesis 2; Salmos 5:15; Romanos 5: 12-17; 2 Corintios 5:19, 20, Salmos 51:10; 1 Juan 4: 7, 8, 11, 20, Génesis 2:15).

Cristo, Su vida, Muerte y Resurrección

santo del Creador. Tal expiación perfecta del pecado justifica la justicia no sólo la de la ley de Dios, sino también la benignidad de Su inmaculado carácter. De una vez y por todas, la muerte de Cristo fue, es y será vicaria / sustituta y expiatoria; porque reconcilia y transforma a los que por fe lo aceptan. Y la resurrección de Cristo proclama, la victoria de Dios sobre Satanás y las fuerzas del mal; y asegura la victoria final y total sobre el pecado y la muerte a aquellos que aceptan tal expiación. Esto establece el señorío eterno de Cristo. Amén. (Véase: Juan 3:16; Isaías 53; 1 Pedro 2:21, 22;

1 Corintios 15: 3, 4, 20-22; 2 Corintios 5:14, 15, 19-21; Romanos 1 : 4; 3:25; 4:25; 8: 3; 4; 1 Juan 2: 2; 4:10; Colosenses 2:15; Fil. 2: 6-11).

La vida de Cristo fue la perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y por medio de Su sufrimiento, Su muerte y Su resurrección, Dios proveyó el único medio para expiar o purificar el pecado humano; porque aquellos que por fe en él aceptan esta expiación, pueden tener vida eterna; y toda la creación puede comprender mejor el amor infinito y

La Naturaleza del Hombre y la Mujer

Según el registro Bíblico, Dios hizo al hombre y a la mujer a su imagen con su propia individualidad y con libre albedrío; es decir, con la capacidad y la libertad de pensar y actuar. A pesar de haber sido creados como seres libres, cada uno constituye una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, dependiente de Dios:

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